miércoles, 20 de marzo de 2019

Un error metolodológico

Palabra: sobaco
Este relato se lo dedico a Ici, pese a que me haya puesto una palabra tan jodida, te odio, pero te quiero

AGENTE XTRLA
INFORME DE MISIÓN
CÓDIGO: 014-M-12

Este mensaje es de vital importancia, sugiero a mis superiores que le den una prioridad absoluta y que presten atención a todos los documentos que con él adjunto.

Recientemente he viajado al planeta número 014 del cuadrante C, autodenominado Tierra, para recabar información acerca de un elemento único de alguna de sus especies autóctonas, como jamás habíamos visto en ningún otro planeta del Universo conocido por el Imperio.

Se trata de una característica fisiológica muy concreta consistente en un pequeño pliegue bajo las extremidades superiores de los indígenas, del que desconocíamos por completo su función. Al menos hasta ahora. Los habitantes de 014 se refieren a este pliegue como “axila” o “sobaco”.

Para mi investigación tuve que hacerme con varios sujetos de prueba que seleccioné mediante rigurosos métodos estadísticos, para más tarde diseccionarlos y estudiarlos uno a uno. Por desgracia, estas investigaciones no dieron ningún fruto.

Sin embargo, llegados a este punto, me topé con una problemática relacionada con el cuerpo de seguridad de los habitantes de 014, sorprendentemente bien organizados, aunque con armas bastante primitivas, basadas aún en proyectiles metálicos.

Trataron de abatirme pero, por supuesto, logré escapar. No sufrí daños, pero algo me quedó bien claro: los habitantes de 014 guardaban con celo el secreto de los sobacos y no me iban a dejar desentrañarlo fácilmente.

Por ello, tuve que trasladar mi laboratorio a una zona lejana de costa en la que poder seguir con mis investigaciones sin perturbación. No puedo continuar mi informe sin señalar una peculiaridad de esta zona. Todos los sujetos que aquí pude encontrar eran de una muestra de avanzada edad de la población. Mi hipótesis al respecto es que los brutales habitantes de 014 abandonan allí a aquellos miembros de sus comunidades que no les son de utilidad.

En este momento había descartado por completo la teoría fisiológica sobre los sobacos, así que experimente con una apuesta más energética. Para ello, irradié a mis nuevos sujetos con una multitud de ondas energéticas tales como la gamma, la K, la energía Crombart e incluso me atreví a someterles a la terrible energía de las manzanas. Nada de ello tuvo mayor efecto que el de provocar en ellos terribles mutaciones físicas. En un acto de piedad, otorgué la libertad a todos esos monstruos que había creado.

Estaba perdido, desolado incluso. El misterio de los sobacos permanecía oculto y ninguno de mis pasos parecía acercarme más a él. Los sobacos no muestran correlación con el estatus de sus poseedores, ni de su poder. Son independientes al sujeto y todos los habitantes de 014 son iguales en sus sobacos.

Y entonces me di cuenta de que me había estado equivocando de enfoque metodológico, al centrarme en el marco teórico y material del planeta. Había algo que no había tenido en cuenta, la magia. Tuve que hacer una profunda revisión bibliográfica sobre los textos de los Antiguos Unhut y el Tratado Mágico Intergaláctico. Necesité dieciséis nuevos sujetos para llevar a cabo el ritual, y cuando lo hice todo cobró sentido.

La magia del conjuro recorrió los pliegues subextremidales de todos los sujetos, como recorriendo una cadena en torno a la cual su poder se iba incrementando. Era una energía como nunca había visto, prácticamente destruyó mi laboratorio, y eso solo como resultado de un hechizo sencillo.
Los habitantes de 014 son seres altamente mágicos, con un poder mayor del que jamás podría haber imaginado, y todo él producido a través de sus axilas.

Mientras envío este informe estoy abandonando el planeta en mi nave, temeroso de las posibilidades que ante mi han sido mostradas.

No tengo ninguna duda, a la vista de los resultados mi recomendación es la invasión pronta y total del planeta. Los habitantes de 014 han demostrado ser criaturas brutales y amorales que, si bien se encuentran en un estado prematuro de desarrollo científico, no hay duda de que están investigando sobre la magia de los sobacos y no tardarán en descubrirla. Por todo ello, tenemos el deber político y moral de llevar a cabo un exterminio total de cualquier especie poseedora de una axila, antes de que el problema se vuelva incontrolable.

Espero que mis palabras no sean desoídas.

FIN DEL INFORME

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