jueves, 4 de abril de 2019

Diario de la agente Winston (Prueba número 42-C)

Palabra: detrodoxina

Una persona a la que no conozco de nada (@pitrisslibre) me propuso una palabra completamente inventada y la verdad es que me ha costado un poco sacar una historia, pero al final he sacado algo decente. Te lo dedico a ti, desconocido.

¡Por cierto! Esta historia comparte universo con esta otra

Diario de la agente Winston. 23 de Octubre de 2123.
Ante la perspectiva en la que me ha puesto lo que he visto hasta ahora, he llegado a la conclusión que lo mejor será llevar un diario que me permita registrar todos mis pensamientos relacionados con el caso con me ocupa.

Por llevar un orden, me parece relevante explicar lo sucedido hasta el momento. En la ciudad de Nueva Gópolis están a la orden del día los villanos maníacos con trajes llamativos y con planes ridículos para atracar un banco, secuestrar al alcalde o hacer explotar la Luna. Pero esto es completamente distinto. Todos esos personajes en mallas, tanto villanos como héroes, no son más que ególatras que requieren atención, emocional y sanitaria. Pero esto es muy distinto. Este asesino es diferente.


Hoy nos ha llegado el quinto caso. Mismas características. Un niño de ocho años, Jeremy, muerto por un agente biológico arcaico, una cepa de gripe erradicada en su totalidad en el año 2089. Su padre nos ha llamado desesperado, se había encontrado al niño inconsciente en el suelo. Y estaba advertido, claro, por la televisión.

Normalmente estoy preparada para enfrentarme a cadáveres. Es mi trabajo. Pero hay algo en esto que me asquea mucho más de lo normal. Hay algo en las víctimas, en su modus operandi… estoy fumando mucho más de lo normal. Diane, cuando escuches esto, recuérdame que lo deje.

Diario de la agente Winston. 26 de Octubre de 2123.
Los chicos del laboratorio han extraído algunos resultados interesantes del nuevo caso. Al parecer, sea quien sea el asesino, tiene que haber desarrollado un químico, probablemente gaseoso con unas características muy concretas ya que el organismo del chico presentaba una inmunosupresión casi nula. No presentaba anticuerpos de ningún tipo en su sangre, como si hubieran anulado los efectos del inmunizador global.

Los chicos han bautizado a este compuesto como detrodoxina.

Diario de la agente Winston. 27 de Octubre de 2123.
Las escenas del crimen han resultado ser, en su totalidad, completamente inútiles. Estaba esperando a los resultados de los forenses al respecto, pero lo cierto es que no me han sorprendido. No hay rastro de que ninguna persona haya estado en la habitación de Jeremy, ni en ningún lugar de la casa. Tampoco hay relación entre este caso y los anteriores. Y por supuesto, todos los superhéroes se han desentendido al respecto. Así que he decidio tomar mi propia iniciativa.

Nueva Gópolis es una ciudad cuyos edificios son un faro de luz para el mundo, pero nadie quiere hablar nunca de los suburbios. Y allí suele estar lo importante. Esta noche pienso recorrer cada esquina infecta, cada laboratorio clandestino y cada antro de chivatos hasta dar con la clave.

Por cierto, Diane, alguien ha filtrado el puto nombre a los medios y ahora todo el mundo está hablando de una nueva supervillana con el nombre de Detrodoxina. Supongo que suena bonito. Pero recuérdame que averigüe quién cojones ha sido.

Diario de la agente Winston. 29 de Octubre de 2123.
Joder, Diane, nada. Nada de nada. He pateado toda la ciudad, me he acercado a las arañas de la peor cuna y a los chivatos mejor pagados de los peores barrios y nadie tiene ni puta idea de quién puede ser el asesino. Ayer por la mañana me acerqué a la cárcel para hablar con esos villanos, los gemelos raritos. Villanos de verdad. Ninguno de los dos sabía nada, Diane, nada de nada. Ni siquiera sabían de qué les hablaba.

Los chicos del laboratorio han estado tratando de sintetizar la detrodoxina, pero es imposible. Sin embargo, todas las televisiones hablan ya de Detrodoxina y me asquea. No saben nada, yo no estoy persiguiendo a una ridícula supervillana en mallas. Esto no es material con el que mentir y hacer amarillismo. Al ponerle un nombre le están dando una personalidad, un carácter, están creando una ficción personalizada de un asesino de niños. Y esto tan solo en tres días. Mañana ya habrá fanfics en Internet, en un mes cómics, y en menos de dos alguien ya habrá hecho una versión porno del cómic. Y mientras, alguien seguirá matando.

Diario de la agente Winston. 30 de Octubre de 2123.
Hoy ha habido un sexto asesinato. Estoy segura de que el asesino se ríe de mí. Él está viendo tan bien como yo todo el show que se está montando en los medios y estoy seguro de que le parece divertido. Hoy ha sido una niña. Siete años. Llevaba un vestido azul. Le odio más que a nada, y no estoy más cerca de encontrarle desde que sucedió el primer asesinato. Su figura se desdibuja en un halo de ficción y misticismo. A veces temo que me esté enfrentando a un fantasma, o a alguien cuyos poderes se me escapan.

Lo peor de todo es que, ahora que ha salido en los medios, ya hay un par de superhéroes interesándose por el caso. Ratas falsas. Cerdos ególatras. Eso es lo que son. Enfrentándose a esos monstruos maquillados con diez capas de ficción. No tienen ni idea de lo que es un asesino de verdad.

Diane, creo que me estoy volviendo loca con este caso. Creo que es superior a mí. Cuando todo acabe, por favor, recuérdame quién era.

Diario de Violet Winston. 13 de Noviembre de 2123
Diane, no estoy segura de si terminarás leyendo estas palabras o mi diario se perderá entre todas las pruebas que extraigáis de mi casa. Pero si leéis esto, quiero que sepáis que resolví el caso. Puede que perdiera la puta cordura en el proceso, y que se me fuera de las manos, pero resolví el caso y esta es mi declaración.

Volvía a mi casa, frustrada y quemada el día 31 de Octubre cuando me topé con el padre de aquel niño, Jeremy. Formaba parte de una manifestación, pequeña, pero a la vista de los acontecimientos, demasiado grande. Al principio pensé que sería algún tipo de protesta por las víctimas de la detrodoxina. Tonta de mí.

En realidad se trataba de un grupo de padre, protestando por la obligatoriedad de la aplicación del inmunizador global en los niños, no se por qué mierda de argumento. Así que entonces me di cuenta, Diane, de que somos completamente imbéciles. Nunca hubo un asesino. Hubo, al menos, seis. Quizás hasta doce. Y habrá más si no actuamos Diane.

Se que lo que hice en la manifestación estuvo mal. Pero no me arrepiento. Ese pedazo de cabrón se merecía lo que le hice, y también merecía haber sufrido más en el proceso. Fue un golpe seco, poco en comparación de lo que él hizo con Jeremy.

Ahora me marcho, Diane, y espero que no nos volvamos a ver. Echaré de menos estas charlas falsas contigo. Y espero que tengas en cuenta mis palabras.

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